No os podéis imaginar la cantidad de parejas en las que al menos de uno de sus miembros sufre bajo deseo sexual. Los sexólogos lo llamados deseo sexual hipoactivo y es lógico que te preguntes ¿por qué es tan frecuente?
Con las crisis mundiales (económicas, políticas, psicológicas, etc.) que estamos viviendo, lo extraño es que nuestro deseo y nuestro rendimiento sexual fuese el perfecto ¿no crees? Pero aún así y, a pesar de que las cosas no nos vayan precisamente bien, parece que en materia de sexualidad siempre queremos estar el 100%, cuestión totalmente insostenible.
La realidad es que ni nuestras hormonas, ni el hecho de ser hombre o mujer son los factores determinantes en el deseo sexual. El día a día, las rutinas y los medicamentos que tomamos habitualmente, sin embargo, sí que lo son. Además, existen los altibajos naturales en la vida de toda persona, ¡no somos máquinas perfectas!
Disminuir la frecuencia de las relaciones sexuales no supone ningún problema, de hecho, es algo por lo que pasan la mayoría de las parejas. El problema suele aparecer cuando uno pide y el otro rechaza o cuando uno de los dos (o los dos) está realmente insatisfecho con su vida sexual.
Debemos de tener en cuenta también que querer mucho a alguien no significa desearle sexualmente, dos cuestiones que se confunden habitualmente. Eso sí, cuando quieres mucho a tu pareja, es más fácil que te pongas las pilas para solucionar el problema ¿no?
El objetivo de este post es que tomes conciencia de que el deseo es algo mucho más sencillo y, a la vez, mucho más complicado de lo que parece. Su solución no tiene sentido en fármacos como los que están tratando vendernos últimamente (hablo de la viagra femenina, por ejemplo) sino en re-aprender en pareja y, si es necesario, buscar la ayuda de un especialista en sexología (al menos, que los cambios sirvan para toda la vida y no lo que dura una pastilla ¿no crees?)
Además, os dejo mi vídeo sobre cómo aumentar el deseo sexual, ¡seguro que os servirá de ayuda!