Los penes curvos son totalmente normales aunque la enfermedad de peryone tiene sus particularidades, de ello os voy a hablar en este post.
Existen penes con tendencia hacia los lados, hacia abajo o hacia arriba (todo el tronco o solo el glande) y otros, sin embargo, se curvan en un punto en estos sentidos. Todo esto es totalmente normal y no provoca ningún problema, de hecho, muchas veces esas curvaturas pueden utilizarse en distintas posturas sexuales para estimular el punto G de la pareja.
De esto ya os había hablado en mi post Aprovecha tu pene ¡al máximo! y en mi tutorial sobre las distintas formas de pene, mira:
https://www.youtube.com/watch?v=MzUcTYKnJbM
Pero cuando hablamos de curvaturas en el pene, podemos mencionar dos tipos de incurvación del pene: la enfermedad de Peyronie que puede aparecer a lo largo de la vida o la incurvación congénita de pene que se detecta desde la juventud.
La enfermedad de Peyronie, a diferencia de las curvaturas normales, si provoca verdaderos problemas. Ocurre cuando comienza a desarrollarse una pequeña cicatriz en el tronco del pene (concretamente en los cuerpos cavernosos y/o en la túnica albugínea que los rodea). La zona donde se produce la cicatriz (fibrosis) pierde la elasticidad, por lo que no se estira cuando llega la sangre al pene y, en consecuencia, el pene se dobla hacia la dirección de la “cicatriz”.
Cuando esto sucede el hombre puede comenzar a sentir dolor cuando tiene erecciones y su pene, literalmente “se dobla”. A su vez, esto puede dificultar muchísimo tener relaciones sexuales y, en última instancia, a veces termina en impotencia y otros problemas psicológicos asociados.
Hoy por hoy aún no sabemos al 100% por qué se produce, puede ser por un traumatismo, por el sistema inmunológico, etc. Lo que sí sabemos es que no guarda ninguna relación con las infecciones de transmision genital y que puede aparecer en cualquier hombre y a cualquier edad.
El encargado de tratar este problema es el urólogo/andrólogo, aunque su “cura” aún hoy por hoy es muy dificultosa. Generalmente los tratamientos están orientados a evitar que la curvatura sea tan acusada y a reducir el dolor.
Por último, la incurvación congénita del pene de la que hablabamos antes es la denominada coloquialmente como «pene gancho» en el vídeo de arriba. Suele ser detectada antes de los 20 años ya que los jóvenes aprecian la curvatura en sus erecciones y, a medida que el pene se va desarrollando, ésta se va a haciendo más llamativa.
Aunque dificulta las relaciones con penetración (sobretodo si el ángulo es mayor a 30º), no es tan grave como la enfermedad de peyronie. No acorta el pene ni provoca dolor aunque la imagen corporal se puede llegar a ver muy afectada (con sus consecuencia psicológicas asociadas, como la autoestima)
En este caso sí sabemos por qué ocurre: los cuerpos cavernosos del interior del pene crecen más que la uretra provocando un desequilibrio en la rigidez del pene. Su solución pasa por la cirugía ya que, de no tratarse, es posible desarrollar (al forzar en el coito) la enfermedad de peyronie.
Os dejo el último vídeo que he creado sobre este tema ¡No te lo pierdas!