Sexperimentando

Dobles e innecesarias interpretaciones

No se si a vosotros os ocurre pero muy frecuentemente llega una amiga (a veces también amigos, aunque normalmente suelen ser ellas) con un mensaje de su novio, de su amigo con derecho o simplemente de alguien que le gusta, que no sabe descifrar. Con no saber descifrarlo me refiero al clásico «¿qué querrá decir con esto?» a lo que yo suelo responder «probablemente lo que ahí pone escrito ¿no?»

¿De dónde nace esa necesidad de extraer dobles sentidos? ¿Por qué pensamos  que puede haber una intencionalidad oculta tras un mensaje? ¿Nos comemos la cabeza por puro placer?

Si algo caracteriza a las nuevas tecnologías es la comunicación a través de mensajes escritos, ya sea e-mail, sms o whatsapp. Lo que distingue a este tipo de comunicación del resto es que nos falta toda la carga no verbal  (muy probablemente la más importante). Por ello, para denotar emociones concretas, bromas o ironías debemos de utilizar determinados códigos necesarios para hacernos entender. Los emoticonos junto a los «jejeje» o «jajaja» son nuestros más fieles aliados.

A veces nos olvidamos de que resulta imposible una comunicación verdaderamente rica si tan solo podemos leernos. Los conflictos, las malas interpretaciones y los errores están a la orden del día. No digamos si además existen faltas de ortografía o no colocamos las puntuaciones donde deberíamos.

Pero, a donde quería llegar: ¿por qué para muchas personas descifrar mensajes es todo un desafío? Veamos un ejemplo:

– Estoy preocupada, le escribí a Mario para quedar y me respondió «hoy no puedo, estoy liado, lo siento» ¿Qué querrá jndecir? ¿Será que ya no le gusto? ¡Ni siquiera me ha propuesto quedar otro día! ¿Me estará dando largas?

-Yo creo que Mario estaba liado hoy y no podía…pero puedes seguir inventado si quieres.

Le he dado vueltas muchas veces a esta situación y no acabo de entender el por qué nos cuestionamos cada cosa que leemos. Sinceramente, me parece agotador y me aburre cuando una amiga se pone en esta tesitura. Muy probablemente los mensajes escritos aumenten mucho más nuestra inseguridad, sobretodo cuando no conocemos bien a la otra persona y no podemos «predecir» sus reacciones.

Mi recomendación en estos casos es ser totalmente literal, aunque únicamente sea por economía cognitiva (algo así como la ley del mínimo esfuerzo a nivel mental). Es probable que muchas veces nos perdamos dobles sentidos encubiertos, pero debemos recordar que cuando alguien está verdaderamente interesado en comunicarnos algo lo hará o, al menos, no debería suponer que tenemos suficientes habilidades para adivinarlo.

Personalmente, siempre intento ser lo más literal posible: trato de no utilizar «jajaja» si algo no me da risa y pregunto directamente evitando los rodeos, por dar un par de ejemplos. Pero esta es sólo mi visión de las cosas ¿qué opinas tú?

 

 

 

 

Salir de la versión móvil