El post de hoy queremos dedicarlo a ese momento post-encuentro sexual. Generalmente nos preocupamos por cómo conseguir tener relaciones con alguien o por cómo mejorar éstas pero ¿quién se preocupa por lo que ocurre después? ¿qué hacer?
¿Un cigarrito o una barrita energética? ¿Duermes aquí o nos despedimos? ¿Me llamarás o lo dejamos aquí? ¿Te felicito? ¿Te critico? «El placer es mío, no, es 
Cuando una pareja es estable y ya tiene un largo recorrido se instauran «pautas de comportamiento» habituales. Tanto el inicio como el final de los encuentros sexuales son situaciones habituales, seguras, controladas porque sabemos aproximadamente lo que va a ocurrir, lo que sucederá al momento siguiente.
Todo lo contrario sucede cuando los encuentros son esporádicos, más aún si acabamos de conocer a la persona que ahora está en nuestra cama. Muchos adoran esta incertidumbre pero otros sienten gran ansiedad ante esta situación.
Hay algo que siempre me gusta decir y es que las relaciones sexuales son para disfrutarlas antes, durante y después. Disfrutamos imaginando cómo podría ser y anticipando qué puede ocurrir. Gozamos de lo que hacemos mientras lo hacemos, también vemos como el otro goza gracias a nosotros.
Por último, recordamos cómo fue, lo bien que lo hemos pasado, disfrutamos por el mero hecho de pensar en ello. De hecho, muchas de nuestras fantasías podrán basarse de ahora en adelante en aquello que sucedió.
Pero, por desgracia, muchas personas son capaces de disfrutar el antes y el durante, pero no del después. Los remordimientos, la culpa y la preocupación se convierten muchas más veces
¿Por qué sucede esto? Muy probablemente por centrarnos demasiado en «el aquí y el ahora» y no tener suficientemente planificadas nuestras relaciones.
A veces cedemos ante los deseos del otro frente a los propios. Merece la pena recordar que las relaciones sexuales son una decisión de dos personas para que los dos disfruten ¿no?
Lo deseable es que, cuando nos levantemos, no tengamos que estar preocupados por lo que hemos hecho ayer. En la mano de todos está no tener que volver a preguntarnos cosas como ¿usamos condón? ¿podré estar embarazada? ¿me habrá pegado algo? Llevar preservativos siempre encima no conlleva gran esfuerzo, también llevamos nuestro carnet de conducir aunque no necesariamente vayamos a conducir ese día.
Y, cuando la preocupación ya es un hecho ¿qué podemos hacer? Si el preservativo se ha roto, se nos ha desprendido o no lo hemos utilizado porque estamos un poco locos…¿cómo actuar? La píldora del día después es nuestra última opción.
A las infecciones de transmisión sexual ya nos hemos expuesto y solamente podremos hacernos, dentro de unos meses, una analítica. Pero aún tenemos una última arma de emergencia para que no se produzca un embarazo.
En España se vende en farmacias sin receta médica, esto hace que sea muy accesible pero ¡ojo! No es un método que debamos tomarnos a la ligera. Si queréis saber más sobre la píldora del día después aquí os dejo mi video-tutorial en el que hablo de ella:
¡Comparte este post y recuerda que en el e-mail info@sexperimentando.es atenderemos todas vuestras dudas para que sigáis disfrutando antes, durante y después!