Cada vez sois más los que me preguntáis cosas como:
«¿Cómo puedo saber si le gusto realmente?»
«¿Cómo adivinar si le estoy excitando o si disfruta con lo que le estoy haciendo?»
Y no es que no os agradezca la confianza que depositáis en mi pero, continnuamente, no me queda otro remedio que pensar «¿Acaso se creen que soy adivina?» De hecho, una de mis respuestas habituales es:
«Está claro que ni tu ni yo hemos heredado dotes de adivinación de modo que, ante eso, ¿no resulta más sencillo y útil preguntar?»
Podría deciros que cuando le gustamos a alguien éste se muestra más atento, que le brillan los ojos o que sonríe más de la cuenta. ¡Mentira! Hay quienes son vergonzosos y prefieren desaparecer de nuestra vista, no mostrarse y mucho menos insinuarse.
Podría deciros que cuando alguien se excita tiembla, suda y respira agitadamente…¡Mentira! Algunas personas son muy poco expresivas, y lo mismo pasaría si os dijera que alguien que disfruta durante las relaciones sexuales gime y se retuerce.
Sobre las «prescripciones que valen para todos» ya os hablaba en mi post «Esto gusta, esto no gusta. Falsas prescripciones sexuales» Nunca te las creas. Si algo tenemos los seres humanos es que cada uno de nosotros somos únicos, diferentes y especiales, por eso no hay nada que sirva para todos.
Imagínate a una persona disfrutando de su comida: yo misma hay veces que cuando algo me gusta lo devoro rapidísimo, otras veces, sin embargo, prefiero comerlo muy despacio y disfrutarlo poco a poco. A veces emito sonidos tipo «mmmm» o felicito al cocinero pero, otras veces, lo que hago es quedarme callada para saborearlo sin que nadie me hable ni me moleste.
¿Ves? ¿Te imaginas a un chef intentando averiguar si me gusta o no la comida? Señor chef, pregúnteme y le aseguro que le seré sincera ¿Por qué? Por que como a todo el mundo, me gusta comer y me gusta disfrutar de mi comida. Si no me gusta, se lo diré para que se esfuerce más y, si me gusta, también se lo diré para ver si así consigo repetir el plato gratis.
La comunicación es imprescindible en una pareja. Me sorprende la cantidad de personas que son capaces de acostarte juntas y luego no se atreven a preguntarse qué es con lo que disfrutan más o menos, por ejemplo. ¡¡¡Habla, pregunta, propón!!! así obtendrás respuestas y propuestas del mejor de los expertos en placer: tu pareja.