Este post está dedicado a las personas que:
– Tras tener un encuentro íntimo con alguien, se sienten «enamorados» por un plazo de tiempo.
– Confunden los sentimientos cuando tienen «amigos con derechos».
– Sienten que quieren más a sus parejas después de mantener relaciones sexuales.
¿Por qué? Porque todos tienen en común lo mismo: el efecto de la oxitocina.
– Con el contacto físico: intimidad, abrazos, etc.
-Durante el orgasmo.
– En las relaciones sociales prosociales: confianza, compartir, etc.
– Cuando una madre amamanta a su bebé.
– En el parto, durante las contracciones.
Curiosas funciones ¿no crees? Pero, vayamos a las que nos interesa. ¿Cómo nos confunde la oxitocina? Haciendo que nuestra excitación aumente, que nos sintamos deseosos de contacto físico y psicológico decantandonos por la monogamia, que nos sintamos en la nube del enamoramiento, que conectemos mejor emocionalmente…
Pero ¡ojo! Como toda sustancia, su duración es temporal. De esto ya habíamos hablado cuando os comentaba que el proceso de enamoramiento es sencillamente eso, un proceso temporal que no guarda tanta relación con el «amor verdadero» como creemos.
Entonces ¿qué hacer? Pensar en frío, poner tierra de por medio y dar tiempo para meditar seriamente sobre lo que se quiere y lo que no. Ser espontáneo es importante pero más aún no tomar decisiones precipitadas. La oxitocina, junto a otras hormonas, es la responsable de los «te quiero» antes de tiempo.
¿Qué te parece? ¡Todo es química!