Mucho se ha hablado sobre los efectos afrodisíacos y libidinosos de algunos alimentos y sustancias pero ¿es esto verdad o no?
Ostras, canela, chocolate…a pesar de lo que muchos creen los afrodisíacos tienen mucho más de «mito» que de «realidad». Generalmente se su efecto real no se reduce a nuestra sexualidad, se trata de activadores generales: nos hacen estar más despiertos, en movimiento, de mejor humor o incluso con mayor cantidad de sangre en ciertas zonas de nuestro cuerpo, pero esto no quiere decir que aumente nuestro deseo, sencillamente lo moldean y consiguen que estemos más predispuestos.
Por supuesto, también estaremos más predispuestos a ser optimistas, involucrarnos en una tarea nueva o hacer más cosas al día, el sexo solo es una más. ¿Ves la diferencia? No existe ningún producto que por sí mismo nos genere deseo sexual. El deseo está únicamente en nuestras mentes.
El poder de los afrodisíacos depende de cómo nos lo creamos nosotros. Si no se siente deseo por la pareja sencillamente no hay nada que hacer. Pero los juegos de seducción, los contextos y el uso de cualquier alimento o sustancia con la idea de que después pasará algo maravilloso tiene un valor incalculable. Nunca debemos olvidar la importancia del efecto placebo.
¿Conclusión? Los afrodisíacos tienen el poder que tu desees otorgarles, son un mito y a la vez no lo son. Sin embargo, te dejo este vídeo sobre cómo recuperar el deseo sexual con fórmulas mucho más fiables:

