Normalmente estamos acostumbrados a escuchar que de cara a la fertilidad son importantes distintas circunstancias físicas tanto en el hombre como en la mujer, incluso en este mismo blog ya hemos hablado de «cómo prepararte si quieres quedarte embarazada», pero lo que a veces se nos olvida es que los factores emocionales y psicológicos son muy importantes, tanto como los físicos.
Olvidar las claves emocionales en los procesos de fertilidad es un gran error. De hecho, no es extraño que los problemas surjan en este sentido precisamente cuando existe algún fenómeno emocional negativo e intenso como, por ejemplo, despidos, muerte de un ser querido, etc. Del mismo modo hablamos de esto en referencia al deseo sexual.
El mundo emocional y el físico son dos aspectos que se relacionan entre sí. Por eso, cuestiones «emocionales» que nos afectan como la autoestima, el estrés, las preocupaciones, etc. afectan indirectamente a nuestra fertilidad y, al revés, cuando existen problemas de fertilidad esto afecta a nuestra autoestima, nos preocupa y nos genera estrés.
La tristeza y la rabia son algunas de las primeras manifestaciones emocionales ante esta situación. Cuando se comienza un tratamiento de fertilidad y se acompaña con medicación esta «bola» se hace aún más grande (¿recuerdas mi post sobre medicamentos que interfieren en nuestra sexualidad?) Eso sí, tranquilidad, no se considera que existan problemas de fertilidad si aún llevas menos de 1 año intentando concebir un bebé.
Entonces ¿qué estado emocional es el mejor de cara a la búsqueda del embarazo? Para ambos: optimismo y relajación. El estrés provoca que el deseo sexual decaiga y, no solo con eso, también dificulta a nivel general la concepción, esto a su vez hará que el estrés y la tristeza aumente con lo que se forma un circulo vicioso sin fin. Tan grande es este proceso que incluso puede afectar al modo en el que son efectivos los tratamientos de fertilidad. Recuerda: ser positivo significa estar más sano, no hay lugar a dudas.
No sentirse solo o incomprendido y, sobre todo, no dejarse llevar por las criticas y presiones sociales hará que todo marche mejor. Por supuesto, soy consciente de que esto es difícil, por eso la ayuda del psicólogo-sexólogo es una buena opción, si está especializado en procesos de fertilidad mucho mejor.