Manspreading ¿De qué estamos hablando?

Últimamente no paramos de escuchar el palabro «Manspreading» Oímos hablar sobre feminismo, ciudadanía, política…pero, ¿de qué estamos hablando exactamente? Ante vuestras dudas y peticiones de opinión por mi parte como sexóloga he preparado este vídeo de la semana. No te lo pierdas, compártelo y, por supuesto, deja tus interesantes comentarios:

Como sabéis, casi todo de boca a boca se acaba desvirtuando. Así ocurre con el fenómeno manspreading que, de un simple gesto de ciudadanía, se ha convertido en un arma política y en una imposición hembrista. Os cuento esto porque la primera vez que escuché el término fue de la mano de un conocido que afirmaba que ahora las feministas de las grandes urbes querían que los hombres cerrasen sus piernas para «no presumir de paquete».

Por supuesto, puse en duda estas afirmaciones desde el principio ¡solo faltaría! Veamos: si traducimos literamente manspreading significa «Esparcimiento» y esto, cuando ocurre en espacios públicos reducidos, no es nada cívico («esparcirse»).

Los hombres tienen la tendencia a abrir las piernas más que las mujeres. Puede ser costumbre, por la ropa, por manía, por «necesidad genital»…El caso es que puede molestar a quienes se encuentran a su lado con poco espacio.  Pero ¡ojo! no se trata de un acto machista en si mismo, sino que se trata de un acto de mala educación, en general.

El manspreading no debería de ser un mal llamado «nuevo ataque feminista», ¡no nos volvamos locos! Esto no tiene nada que ver con los hombres ni con sus «paquetes». De hecho, la mayoría de las cuestiones que defienden las feministas no son relativas a una cuestión de género, si no a una cuestión de respeto general independientemente de ser hombres o mujeres, de igualdad.

Si en algún momento alguna mujer trata de quedar por encima de un hombre, hablaríamos del machismo a la inversa, es decir, del hembrismo, no de feminismo. (Mach vs. Hem  Masc vs. Fem)

Eso sí, no me extraña que se confundan cuestiones de este tipo debido a la mala gestión tanto individual como colectiva y de los medios de comunicación de este tipo de temas. Por un lado tenemos poca educación sexual y, por otro, nos confundimos fácilmente.

Como último ejemplo os dejo las nuevas pegatinas que pretende pegar el Ayuntamiento de Madrid. Mirad:

En «Respeta el espacio de los demás» aparece un hombre (no pasa nada, podría ser tanto un hombre como una mujer) pero…¡no hay nadie al lado! Si, puede ser debido a que no le deja espacio para sentarse pero, en el caso de que no hubiese nadie, parece que el hombre solamente es acusado por sentarse en esa postura. Claramente, si no molesta a nadie puede sentarse como quiera, fuese hombre o fuese mujer.

Entonces, después de todo esto ¿qué os parece a vosotros?

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