Como sabéis, el pasado sábado 8 de Marzo fue el Día de la Mujer, el día de la lucha por la igualdad de géneros, sexos o de hombres y mujeres, como prefiramos llamarlo.
«Las mujeres hemos avanzado mucho» suele decirse pero ¿de verdad nos justificamos en los pequeños pasos? ¿en serio hemos echado por tierra las desigualdades? A las mujeres aún nos queda mucho por pelear.
Mismas obligaciones y mismos derechos. Mismos salarios, mismas tareas en el ámbito familiar, mismo descanso, mismo cultivo personal, mismos placeres…Así podría eternizarme ¿no creéis? Personalmente creo que, si bien ya no vivimos encerradas en nuestros hogares sin voz ni voto (ojo, según para qué, intentaré no meterme en el tema del aborto) aún nos queda muchísimo por avanzar y más en el tema que me incumbe: nuestra sexualidad.
El viernes pasado asistí a una interesante conferencia a cargo de Eva Latonda titulada «El concepto femenino: de Eva a Eva Longoria». Un título sumamente acertado porque, si bien hemos cambiado mucho desde nuestros inicios, las presiones a las que seguimos sometidas las mujeres son las mismas con caretas diferentes.
¿Qué más da que podamos trabajar si no nos hemos desprendido de las tareas del hogar y tenemos que continuar siendo perfectas madres? ¿Qué importa que tengamos más dinero si seguimos gastándolo en que nuestro marido nos vea guapas? ¿Qué importa la igualdad sexual si imitamos los modelos masculinos y no construimos unos nuevos y propios?
Os dejo este interesante artículo de Ana Sharife: «El gran timo de la mujer trabajadora» Solamente me gustaría invitar a la reflexión…de todos.