Este post está dedicado a las personas que:
– Tras tener un encuentro íntimo con alguien, se sienten «enamorados» por un plazo de tiempo.
– Confunden los sentimientos cuando tienen «amigos con derechos».
– Sienten que quieren más a sus parejas después de mantener relaciones sexuales.
¿Por qué? Porque todos tienen en común lo mismo: el efecto de la oxitocina.
y eso…¿qué es? La oxitocina es una hormona de nuestro organismo también conocida como «hormona del amor«. Está directamente relacionada con el contacto físico, aunque también con el parto y la lactancia. ¿Cuándo se libera?
– Con el contacto físico: intimidad, abrazos, etc.
-Durante el orgasmo.
– En las relaciones sociales prosociales: confianza, compartir, etc.
– Cuando una madre amamanta a su bebé.
– En el parto, durante las contracciones.
Curiosas funciones ¿no crees? Pero, vayamos a las que nos interesa. ¿Cómo nos confunde la oxitocina? Haciendo que nuestra excitación aumente, que nos sintamos deseosos de contacto físico y psicológico decantandonos por la monogamia, que nos sintamos en la nube del enamoramiento, que conectemos mejor emocionalmente…
Pero ¡ojo! Como toda sustancia, su duración es temporal. De esto ya habíamos hablado cuando os comentaba que el proceso de enamoramiento es sencillamente eso, un proceso temporal que no guarda tanta relación con el «amor verdadero» como creemos.
Entonces ¿qué hacer? Pensar en frío, poner tierra de por medio y dar tiempo para meditar seriamente sobre lo que se quiere y lo que no. Ser espontáneo es importante pero más aún no tomar decisiones precipitadas. La oxitocina, junto a otras hormonas, es la responsable de los «te quiero» antes de tiempo.
¿Qué te parece? ¡Todo es química!

Me preguntaba si también se segrega oxitocina al recordar los encuentros con esa persona… Porque me paso el día batallando con mis pensamientos. Pienso racionalmente (en los contras) pero de repente me vienen recuerdos y deseos de volver a tener «eso», y me hipnotiza, aplacando completamente mi sentido común. Y luego reconozco que me pongo en un papel algo infantil, en plan «joo, pero es que yo quiero un poquito más de eso…» . Tengo que hacer un gran esfuerzo para volver a mi Yo adulto que sabe lo que le conviene y es capaz de mantenerse en el «buen camino».
Tiene lógica ésto? :'(
la tiene! no es tan potente pero debemos saber que nuestro cerebro no suele diferenciar entre fantasía y realidad