¡Hola de nuevo! Aunque parezca lo contrario, este blog no ha sido abandonado ¡en absoluto!
Estas últimas semanas he tenido mucho trabajo, entre otras cosas, he estado implantando el Programa de Educación Sexual y Prevención del Ayuntamiento de Parla, también he estado liada con el curso “Atención a la discapacidad en el tiempo libre” de la asociación INSELA (muy recomendable, especialmente para MTL).
Esta ocasión no era la primera vez que impartía educación sexual, aunque sí la primera que lo hacía en institutos. ¡Qué agradable es ver cómo suena el timbre y los chic@s no se levantan de sus asientos!
Cuanto más conoces y más trabajas, más cuenta te das de lo necesaria que es la educación sexual en distintos colectivos. En concreto, los jóvenes son quienes más lo necesitan….y cuando hablo de jóvenes no me refiero a adolescentes de más de 16 años (mayoría de edad sanitaria*).
La educación sexual debe comenzar desde el nacimiento. De hecho, aunque todos los padres se pusiesen de acuerdo en no hacerlo (algo que, por otro lado, sería violar los derechos del niño) sería imposible que lo consiguiesen.
La educación sexual no es educación para el “acto sexual”, ni siquiera para las relaciones sexuales. Va muchísimo más allá y todos aquellos que hayan leído un poco lo sabrán. Basta con buscar en el diccionario la palabra “sexo”.
Las necesidades se hacen presentes, en 7 meses que lleva disponible mi e-mail (infosexperimentando@gmail.com) para consultas sobre sexualidad, no ha parado de llenarse de mensajes y mensajes.
No sólo preguntan los más jóvenes, también personas mayores, y las dudas son de lo más variopintas. Muchos señalan falta de información concreta y la mayoría, aunque afirman haber recibido educación sexual en las escuelas, no tienen las ideas en absoluto claras.
Algunas cuestiones acerca de nuestra sexualidad deberían ser contenidos básicos y obligatorios en la educación de todas las personas: sexo, sexualidad, cuerpos de hombres y mujeres, higiene, preservativos (colocación y conservación), vías de transmisión de infecciones, riesgos de embarazo -hasta aquí previsible ¿verdad?-, habilidades sociales básicas, coherencia entre deseos y conductas, autoestima, indentidades…
Los recortes en sanidad, educación y, en concreto, en prevención del VIH, nos afectan mucho más de lo que ya sabemos. El VIH y su epidemia ha servido como “gran excusa” para llevar a cabo el primer paso en educación sexual. Debido a que, por desgracia, aún mantenemos las perspectivas arcaicas que igualan educación sexual a prevención de riesgos.¡Como si nuestra sexualidad fuese algo de lo que tenemos que protegernos!
En muchos casos, no intervenir sobre VIH significa no hacer educación sexual, por lo tanto, no solamente es harto probable que los casos de VIH/SIDA se disparen, sino que con ello también aumentarán los embarazos no deseados, la transmisión del resto de infecciones y, por supuesto, la inseguridad, los miedos, las dudas y la irresponsabilidad en las relaciones entre los sexos.
Por si es de vuestro interés, aquí os dejo algunos enlaces interesantes que hablan sobre estos recortes:
http://ecodiario.eleconomista.es/salud/noticias/3953320/05/12/pedro-zerolo-alerta-de-que-con-el-recorte-en-vih-se-esta-originando-un-retroceso-de-30-anos-en-politica-de-prevencion.html
http://www.felgtb.org/temas/salud-y-vih-sida/noticias/i/2028/68/con-sus-recortes-economicos-en-prevencion-del-vih-el-gobierno-abona-el-terreno-para-que-prolifere-la-enfermedad
*Mayoría de edad sanitaria: a partir de los 16 años se les otorga esta categoría a los adolescentes, esto quiere decir que se les considera maduros para tomar decisiones sobre su salud. Prestar por ellos mismos el consentimiento a una intervención médica, por ejemplo.
Para cualquier duda o consulta: info@sexperimentando.es
Para una ayuda extra: www.psicycorps.com

