Si me sigues desde hace tiempo ya sabes que la eyaculación precoz es un tema del que hablo con bastante frecuencia. Básicamente porque es de los casos que más trato en consulta y porque además, he desarrollado un programa patentado para ponerle fin de forma efectiva y práctica.
Y si es la primera vez que estás por aquí, hoy vas a empezar con algo muy práctico. Si eres de los que siente que a veces va demasiado rápido y no termina de disfrutar como le gustaría (o quiere hacer disfrutar más a su pareja), lo que tengo que decirte en este post (y en el vídeo) va a ayudarte mucho.
Vamos a ver 3 posturas que pueden ayudarte a mejorar el control de la eyaculación. Toma nota, prueba y quédate con lo que mejor funcione para ti. ¡Empezamos!
Primero… controla, no luches contra tu cuerpo
Un error muy habitual es intentar “aguantar como sea”. Y, como te imaginarás, eso solo genera ansiedad y más rapidez. Lo importante aquí no es aguantar por aguantar, sino elegir posturas que permitan: Menos fricción, menos intensidad, más control en el ritmo.
Y sobre todo… Respirar, sentir y disfrutar, no entrar con prisas en modo maratón. Así que dicho esto, vamos a lo práctico.
1. La cucharita
La famosa postura en la que ambos estáis de lado y tú penetras desde atrás.
¿Por qué ayuda? Porque la penetración suele ser menos profunda, el movimiento puede ser más lento y te permite descansar la musculatura, lo que reduce la intensidad. Y además, puedes ir regulando el ritmo sin presión visual ni necesidad de sostener tu peso.
Tip extra: Si notas que empiezas a excitarte demasiado, para el movimiento unos segundos y respira. No pasa nada por pausar, de hecho, ayuda muchísimo a controlar tu ritmo.
2. Ella encima (la Amazona)
Sí, la famosa postura en la que ella se coloca encima de ti. Puede ayudarte si eres de los que, cuando toman el control, se aceleran sin darse cuenta. En esta postura: ella marca el ritmo, tú puedes relajar el cuerpo, la estimulación suele ser más regular y predecible. Eso sí: si esta postura te excita muchísimo visualmente… quizás no sea tu mejor aliada al principio.
Recuerda: control y calma primero, intensidad después. No queremos perder el control, lo que buscamos precisamente es mejorar la eyaculación precoz.
3. Misionero lento (pero lento de verdad)
No hablamos del misionero “clásico” de película donde todo ocurre rápido. Aquí la clave es: movimientos cortos, profundidad suave, mirada y respiración para mantener el foco en el disfrute.
Esta postura permite que tú lleves el control, pero con consciencia. Piensa en ella como una forma de conectar, no de “rendir”.
Entonces… ¿cuál es la mejor postura?
La respuesta es sencilla: La que te permita sentir sin acelerarte. No busques la perfección. No busques durar “mucho”. Busca disfrutar sin prisa. Con el tiempo, tu cuerpo y tu mente aprenderán a regularse.
Si sientes que no es solo una cuestión de postura, sino de control físico y mental, estás en el camino correcto. Por eso quiero invitarte a mi masterclass gratuita “Cómo poner fin a la Eyaculación Precoz”, una sesión en directo, práctica (nada de teoría que no sirve) y totalmente confidencial, donde además podrás preguntarme tus dudas. Reserva tu plaza gratis aquí
Porque tu vida íntima puede cambiar, y el primer paso —como acabas de ver— se da despacio. Ahora te dejo el vídeo…